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Inauguración: 6 de agosto, a las 19h.
Cierre: 25 de agosto de 2025
Galería El Socorro
Suipacha 1331, Buenos Aires, Argentina
El paisaje natural modela en gran medida la forma de ser y la cultura de las personas que lo habitan.
Las provincias del noroeste argentino, en particular Salta y Jujuy, me han atraído siempre, no sólo por la belleza de su paisaje sino por la poesía y la música que allí han surgido y que han quedado como un legado imborrable en nuestro folklore, otorgándole una indiscutible identidad y reconocimiento en el mundo entero.
Todo esto ha estado muy presente en mi vida, desde la infancia, pero recién el año pasado (2024) pude visitar aquellos lugares, ya míticos para mí. De las impresiones de este viaje han ido surgiendo algunos de los cuadros que presento en esta muestra, junto a los entrañables paisajes de mi provincia, Entre Ríos.
De esta conjunción (y otras) me llegó el título como un remoto recuerdo y a la vez como un homenaje: "Cumbres y llanuras".
Entre unas y otras transcurren nuestras vidas. Cuando nos encontramos en lo alto percibimos el panorama, cuando nos toca descender al llano vemos todo de cerca.
Sólo si logramos integrar ambas perspectivas, podremos tener una experiencia más completa de la aventura de vivir.
En la elección del tema de cada cuadro he querido eludir la típica postal y centrarme en la íntima vivencia que cada alto del camino me transmitía, ya transitando las impresionantes cornisas rumbo a Cachi, o algún recodo de la Quebrada de Humahuaca, o aquellos misteriosos parajes ocultos en las montañas.
Otra aventura ha sido la búsqueda de los colores adecuados para pintar las cumbres y la vegetación norteña. Esa infinita variedad de tierras, ocres, malvas y azules, de intensos matices, tan diferentes de las verdes llanuras entrerrianas.
Confío en que esta muestra despierte tantas emociones como las que he sentido mientras planeaba y realizaba los cuadros que la integran. Y también que signifique el comienzo de una extensa serie de paisajes que espero pintar de las diferentes regiones de nuestra hermosa y amada patria.
Guillermo Bekes
Presento aquí una parte importante de mi trabajo, dividido en secciones para facilitar el acceso a una mejor comprensión de mi obra artística y algunos aspectos de mi vida, necesariamente vinculados entre sí.
También encontrarán una sección dedicada a los cursos y clases, con información específica, así como de otras actividades afines.
Junto a mi taller personal, siempre le he dedicado un tiempo y un espacio a compartir mis experiencias artísticas. En este ambiente de taller grupal, tranquilo y creativo, se han ido a lo largo de los años, despertando vocaciones y desarrollando talentos. Agradecido estoy por ello.
Los cuadros reproducidos en las diferentes secciones, abarcan un período de unos 25 años y es mi intención ampliarlo luego a lo que me gusta llamar “mi prehistoria”, para que así, aquellas personas interesadas, puedan tener una visión más completa de mi trabajo.
Si bien no tengo aun catalogada toda la obra, ésta debe rondar más del millar de pinturas al óleo y otro tanto de dibujos, acuarelas y grabados. He incursionado también en la escultura, pero solo han sido estatuas realizadas por encargos especiales.
Mi relación con el arte comenzó en la infancia, como la de muchos niños. Sin embargo, al contrario de lo que les pasa a la mayoría, lo que al principio fue un juego, se transformó pronto en una pasión, luego en vocación y posteriormente en mi principal trabajo.
Entre las motivaciones que encuentro en el despertar de mi vocación, aparece un libro del Museo del Prado, en el cual descubrí los cuadros de Velázquez, El Greco, Goya y otros grandes pintores. Comprendí entonces que la pintura era una cosa seria y que alcanzar cierto grado de excelencia, es un trabajo para toda la vida, como lo demostraban las vidas de estos artistas.
Pude conocer también el valor del clasicismo y de la trascendencia del arte. Conté además con un ambiente familiar favorable, en el cual la cultura clásica en general y en especial la música, era el bien más preciado.
Mis primeros años los viví en el litoral fluvial argentino, abrazado por los dos grandes ríos, el Paraná y el Uruguay. Este bellísimo y poético entorno paisajístico, rodeado de infinitos verdes y de maravillosos atardeceres, hizo que mi principal temática fuera naturalmente el paisaje.
He desarrollado este género durante años, aún lo sigo haciendo y se ha convertido en mi obra más conocida, tanto el paisaje de campo, como el de las ciudades en las que he vivido o visitado.
Por razones personales me vi luego en la necesidad de tener que dejar el ambiente de provincias, tan grato para mí, y me trasladé durante algunos años a Buenos Aires y posteriormente a Madrid, ciudad en la que paso actualmente la mayor parte del año.
Emigrar es de algún modo, llevarse puesto el paisaje y todo lo que pueda caber en los bolsillos: los afectos, los colores, la tierra, el agua y el cielo.
Es probable que pasar mi infancia y juventud en una ciudad pequeña, alejada de los grandes centros artísticos, me dificultara un poco las cosas al comienzo de mi trabajo, pero también me dio la posibilidad y la libertad para desarrollar una identidad propia, al margen de las tendencias artísticas que impone a veces lo que está de moda.
Nunca fue mi intención inventar nada, ni ser ocurrente para llamar la atención, sino simplemente dibujar y pintar aquellas imágenes que se me aparecen en forma de cuadros, conectadas a mis emociones más profundas y vitales.
Confío en que sea éste un camino genuino, que me lleve a buenos puertos y en el que pueda dejar mi huella, única y personal.
Lo más atractivo que tiene la provincia es su paisaje litoraleño: Las suaves colinas, los ríos y arroyos, sus praderas y arboledas, los caminos rurales, los puestos de campo solitarios y sencillos... y sobre todo esto, su luz característica que imprime a los colores de la naturaleza unas cualidades extraordinarias. Cosas entrañables para mí y que he incorporado a mi obra a lo largo de más de 30 años.
Toda ciudad, además de ser el ámbito en el cual vivimos, puede ser también un continuo repertorio de cuadros. Imágenes en movimiento que al ser detenidas en un instante, con una luz determinada y un encuadre preciso, revelan su carácter estético y su contenido artístico.
Edificios, calles, señales, carteles, personas, coches y una infinidad de objetos, son también líneas y planos, formas y colores, pensamientos y emociones.
Al sacar todo esto de su contexto cotidiano y fugaz y transformarlo en una pintura, adquiere nuevos significados que trascienden el momento y provocan la “re-presentación”, ese volver a mirar, una de las funciones esenciales del arte.
He organizado esta sección según las ciudades representadas en estos últimos años y en las que he encontrado cuadros para pintar.
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